15 de marzo de 2011

Quien ha querido lo sabe....

    Duele amar a alguien y no ser correspondido, pero lo que duele más es amar a alguien y nunca encontrar el valor para decirle a esa persona lo que sientes. Una de las cosas más tristes de la vida es cuando conoces a alguien que significa todo y al final te das cuenta, que no era para ti y lo tienes que dejar ir.

    Cuando una puerta se cierra, otra se abre, pero algunas veces miramos tanto tiempo a aquella puerta que se cerró, que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros. Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.

     Hay cosas que te encantaría oír que nunca escucharás de la persona que te gustaría que te las dijera, pero no seas tan sordo para no oírlas de aquel que las dice desde su corazón. El amor llega a aquel que espera, aunque lo hayan decepcionado; a aquel que aun cree, aunque haya sido traicionado.

       Hay momentos en los que extrañas a una persona tanto que quieres sacarla de tus sueños y abrazarla con todas tus fuerzas. Sueña lo que quieras soñar; ve adonde quieras ir; sé lo que quieras ser. Lo bueno es tener suficiente felicidad para hacerse dulce; suficientes pruebas para hacerse fuerte.

      Tengo ganas de besarte, de encontrarte, de escaparme contigo, de pensar que mi vida está llena cuando me depierto por la mañana, de mojarme con la lluvia cuando el cielo se enfada, no sé lo que me pasa cuando te acercas a mí sólo sé, que lo que siento no puedo describirlo pero que cuando me abrazas fuerte siento que estoy viva...


El amor comienza con una sonrisa, crece con un beso y muere con una lágrima.

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